Me emociona la gente que empieza. Cada día. Hace semanas
que no escribo. ¿Por qué? Cada mañana se me ocurre alguna idea, alguna frase,
antes de tomar el control. Hoy, estaba en el baño, abrí la ventana y vi la
misma fotografía que veo cada mañana de día laborable. La luz incipiente en el
patio, las ventanas viejas del piso de enfrente: una cocina, un dormitorio con
la persiana echada con la lamas de madera gastada torcidas por el tiempo, un
cuarto de baño. En cada ventana vive una paloma que en este momento se
despereza y levanta las alas despacio o hincha el cuerpo y sube la cabeza poco
a poco. En una de las ventanas hay una paloma muerta desde hace tiempo. La que
fue su pareja convive con ella como si ya no estuviera ahí: en el mundo de las
palomas no hay duelo.
Miro más abajo. Veo la ventana de otro baño iluminada con
una luz blanca de tubo fluorescente, desagradable y conmovedora en el ambiente
dormido del patio. Imagino a la persona que no veo, enfrentándose en el baño a
esa luz dura justo al amanecer. Me emociona la gente que empieza, a pesar de
todo, cada mañana. Hace rato que F. se fue. Me emociona que, cada mañana, se
levante más temprano de lo necesario y empiece. En el alfeizar de la ventana de
otro baño hay unas alpargatas de color naranja esperando a alguien que aún no
ha empezado el día, quizás. Empezar comienza por los pies, pienso.
Una vez que fuimos juntos a una exposición, M. se extrañó
de que me gustara tanto un cuadro de un jardín viejo y una casa decadente. ¿Te
gusta lo ruinoso?, o algo así me preguntó. Creo que le dije que sí. Y sí, me
atrae, pero porque veo el rastro de lo que hubo y la posibilidad de algo que va
a empezar, de nuevo. Esa luz incipiente.
Hoy he pensado algo y lo he escrito. Quería empezar.
Cita del día: "Cuando algo se acaba, otra cosa puede empezar", Soledad Puértolas.
Inma, yo también veo el renacer en lo ruinoso, lo que fue, y lo que será, aunque siempre me pregunto si lo que será necesita saber lo que fue para ser. Menudo trabalenguas, pero ya me entiendes.
ResponderEliminarMe encanta que hayas recomenzado con esta entrada. Empezar. Sólo era eso. Ahora, a seguir, que te echábamos de menos. A ver si mi Chawton toma ejemplo.
Besitos
Isa
El caso es escribir, me decía un profesor, no importa que luego termine en un relato o en la papelera, ejercita el músculo narrativo. Me alegro de que vuelvas a empezar con este relato reflexivo, monólogo sobre la necesidad de nacer de las cenizas. Un beso y un abrazo.
ResponderEliminarInma mi casa da a un patio parecido, pero solo se escuchan las gaviotas madrugadoras por las mañanas y el chirrido de un cordel de la ropa. Me ha encantado tu entrada. Vuelve pronto, empieza cada día aunque sea unos rengloncitos. Reconforta leerte.
ResponderEliminarabrazo enorme
Por fin empecé...a ver si sigo. Gracias, amigos.
ResponderEliminarme alegra este empezar, o "reempezar". Empezar es hacer, es más que soñar, aunque soñar es muy bonito. Soñamos con palabras, con frases, con ideas, pero si no "empezamos", los demás no se enteran, así que espero (y creo que todos) que este "empezar" sea un "continuar".
ResponderEliminarInma... pero qué bien escribes!!! esas imágenes desprovistas de tópicos que nos hacen viajar a tus ojos en el momento de iniciar el día... Me ha encantado levantarme contigo esta mañana.
ResponderEliminarAdemás, a veces la casualidad sabe interpretar el destino, y hoy es uno de esos días en que todo lo que dices en tu post, me ha venido como anillo al dedo para mis dudas de hoy. Me acoplaré tu palabra a la espalda como esas cañas que sostienen tallos débiles. Gracias, espero que este diccionario de palabras inméditas no se detenga
¿De verdad cree usted que empezar es lo importante?
ResponderEliminarEmpezar es lo más fácil. Lo verdaderamente duro es seguir. Y lo más terrible, por extenuante: acabar lo que se empieza.
Inténtelo alguna vez. A lo mejor se sorprende y nos sorprende a todos.
un saludo y buena suerte.