La primera palabra.
A menudo los niños la eligen para empezar a contar la historia de nuevo. Y desde que la pronuncian, los padres encuentran su lugar en la trama.
PAPÁ: UNA HISTORIA DE LAS DE ANTES
Te gustaba repetirlo: Dios dijo "creced y multiplicaos" y yo, como no crecí, me multipliqué.
El principio ...
dos...
cuatro...
cinco...
siete ...
50 años después, mil y uno.
Papá, no te preocupes por nada, no te eches la mano al bolsillo una vez más, lo has dejado todo pagado.
Cita del día:
La identidad se fragua en pasado. El aluvión es el material de todo aquello con lo que nos hemos identificado.
Bélgica, Chantal Maillard.
Un abrazastazo Inma.
ResponderEliminarMuy bonito recuerdo Inma... un beso muy fuerte. Valle
ResponderEliminarImna, cuánto te pareces a tu madre. Siete somos (éramos) también en casa, y mi padre tampoco creció (le ponían alzas para que pareciera más alto que mi madre). Que gracia, como me has recordado a los míos. Felicidades por esos padres y resto de familia.
ResponderEliminartu tienes mil palabras y ya se de donde las sacas: nos dejas a los demás sin ellas (y con un par de lagrimillas por las mejillas)
ResponderEliminarBuenos recuerdos tienes con estas fotos, Inma.
ResponderEliminarBesitos
Inma, como dice tu Clara tienes mil palabras pero para mí que haces el habío con muchas menos, transmites tantas emociones, tantos recuerdos que haces que aunque seamos diferentes, nos sintamos iguales.
ResponderEliminarEras una niña preciosa, y sigues siendo una persona sin igual.
Miles de abrazos
L;)
Estoy de acuerdo con Clara. Por mi puedes jugar con todas mis palabras, porque la mayoría de las veces las tuyas contienen mis propias emociones. Gracias. Alberto
ResponderEliminarUn abrazo de esos retorcíos como el que me mandas también para tí, Mauri.
ResponderEliminarValle, qué bien verte por aquí.Como no viniste a las bodas de oro, no apareces en la foto...pero ya sabes que todos vosotros también sois "uno más de la familia".
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Ximens ¿siete también?Qué casualidad, aunque no me sorprende ¿sabes? el día en que te conocí, en casa de Jorge y Eva, te re-conocí. "Este es de los míos", pensé...y ahora veo que no me equivocaba. Tal vez los que desde niños nos hemos sentado a una mesa grande, llena de gente, para comer, jugar, hablar...nos reconocemos y nos sonreímos.
ResponderEliminarDices que me parezco a mi madre. Es verdad, tengo muchas cosas de ella. La genética es así. Desde las canas tempranas hasta el ser un poquillo arisca (mi cuarto de sangre castellana). En esta familia no somos muy besucones, pero discutimos y nos queremos con palabras muy, muy bien.
Bienvenido a mi familia!!
Loli, contigo me pasó un poco como con Ximens: nos sentamos juntas en aquella mesa del taller a compartir la pasión por la literatura y en seguida nos dimos cuenta de que teníamos mucho más que eso en común. Contigo, desde el principio y siempre, me siento cómoda, en familia.
ResponderEliminar¿A que era guapa de pequeña? Qué lástima lo que hace el tiempo...pero por dentro no pasamos de los diecisiete, ya sabes...
Un abrazo.
Elysa, para esta entrada tuve que hacer un ejercicio de síntesis entre tantos recuerdos de mi padre.Al final quedó lo justo de su historia como padre. Un hombre de su tiempo que ante todo quería ser buena persona.
ResponderEliminarGracias por acercarte a mi casa.
Clara, Alberto...¿qué os voy a contar a vosotros del abuelo Salvador? Gracias por entender mis palabras y sentirlas vuestras. Como él decía: "Todo es de todos" y "los hermanos siempre se ayudan".
ResponderEliminarSiete hijos y una ahijada. Valle, Dani, Pablo y yo siempre hemos sido uno más en vuestras casas, aunque yo me llevaba la mejor parte (la bolsa de polvorones)El trayecto Madrid-Málaga o Málaga-Madrid para mi siempre es volver a casa. Besos. Tu Mayor.
ResponderEliminarAy, mi niña mayor, ¡cuánto la quiero!, En un par de semanas otra vez la tengo en casa. Y amplia la lista ¿eh?... Carlota, Mario, Marcos, Candela, Ale, Victor, Luna, Elena...que la bolsa de polvorones siempre va a ser para tí.
ResponderEliminarEs muy bonito. No puedo parar de llorar. Gracias por diseñar estos poemas visuales y dejar que vea mi vida entre imágenes y renglones.
ResponderEliminarAy, Marcos, Marcos...¿cómo puede ser papá ya mi hermanito pequeño?
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